¿Qué es un club de lectores sino las expectativas previas de cada lector sobre las lecturas que hayan hecho los otros lectores, respecto a la lectura del libro que los convoca? Un club de lectores es, debe ser, a mi entender, el ámbito del No Saber, que no es otro que el ámbito de dos laberintos y, al mismo tiempo, de dos misterios: el del Otro y el de la ausencia de Dios. El ámbito de lo que es como tu y de lo que es superior a ti.
Un club de lectores es una construcción a modo de dique (también de refugio para quienes vivimos voluntariamente expuestos a los vaivenes irracionales de lo real) contra las mareas constantes de la institucionalización de la mediocridad y de la creciente estupidez humana. No es, no puede ser, a mi entender, un lugar y un tiempo de cháchara y cotilleo. Un lugar y un tiempo más de evasión.
Un club de lectores es, debe ser a mi entender, en fin, un compromiso apasionado con las preguntas que te plantea el libro que te convoca en un lugar, llámase biblioteca si se quiere, junto con otros lectores, que no es necesario que sean muchos pero que los que sean sepan estar juntos bajo el “palio” del narrador del narrador que los convoca. El preguntarse es lo peculiar del lector, el signo de que ha llegado a un momento en que va a separarse de lo que le rodea, algo así como la ruptura de un amor, como el nacimiento. Toda pregunta indica la pérdida de una intimidad o el extinguirse de una adoración, que no puede ser otra que la del ego narcisista, yo sé, del lector mismo.