martes, 3 de enero de 2023

RELACIÓN Y ATENCIÓN 1

 ¿Por qué nos vamos mineralizando poco a poco en esta sociedad digital, convertidos en meros emisores y receptores de datos como una terminal más? Siendo el átomo, como dice la teoría cuántica, una estructura viviente y sintiente. A principios del siglo XX se descubrió que el átomo tiene forma interna, radia, palpita, emite señales de vida. En cierto sentido, puede decirse que la física cuántica restaura la antigua causalidad, más compleja y poliédrica. El átomo tiene forma interna, palpitante. Cuando es excitado emite energía, pero también puede absorberla. La materia no sólo es penetrable como muestran los experimentos de Rutherford sino que también es activa, como descubrió Marie Curie. Luz y vacío, así es el átomo. De eso estamos hechos. Así deberíamos comportarnos, per no dejamos de mineralizarnos, como si fuéramos de acero. Inerciales e impenetrables. Aislados del mundo, pero aparentando que estamos en él. Ruido y jolgorio.

No estamos meramente ahí a nuestra bola, no somos seres relativos, sin ningún tipo de compromiso, no somos filisteos narcisistas o alfeñiques de obediencia asegurada. Somos seres relacionales y atencionales, comprometidos con la atención que reclaman nuestras relaciones.


Según aquellos mismos descubrimientos de la física cuántica, el espacio y el tiempo han dejado de ser el marco en el cual se despliegan los fenómenos que observamos. Más bien, es la propia observación la que crea las condiciones espaciales y temporales. Toda una revolución.


Un club de lectura, o una tertulia de cine, es, por tanto, un nuevo marco de referencia ante los nuevos desafíos que plantea la lectura y la escritura, y nuestra mirada en general, en un mundo plenamente alfabetizado y constantemente conectado e informado. Un mundo no entre pucheros como el de Teresa de Ávila, sino entre pantallas. Hasta ahora, según el paradigma cartesiano, la opinión del lector A y la opinión del lector B eran excluyentes, o cada una iba a lo suyo, respecto a un mismo fenómeno: leer el mismo libro. Ahora, en el nuevo marco del club de lectura, son complementarios. También, toda una revolución.