EN LA CALLE
Aquí estamos, en lo alto del arco de las utopías. El
agua no es profunda. Una mancha de aceite brilla
en la superficie como una lente toma la luz y la
multiplica frente a un espejo. Si alguien se detiene
cerca tuyo, allí están ellos – aunque no aparezcan
en la foto. Lo que hace que la oscuridad total se
vincule a la suerte y cosas así. La arquitectura, a
diferencia de la ley, perdura. Una fachada, como
un ideal, puede ser opresiva a menos que esté
compensada con un balcón al que puedes asomarte
para reprender a los que están en la calle: venid
aquí y miradnos a los ojos. ¿No somos exactamente
aquello en lo que queríais creer?