PUERTA DEL SOL
Suenan los tambores y las trompetas
entre el ruido de la calle.
(Corred, corred, corred para ver a los soldados.)
Todos llevan el ritmo en formación
para seguir el paso reglamentario
de la brillante banda de metales.
Los camareros del café se colocan en la puerta
la niña en la tienda de guantes apoya la nariz en el cristal.
¡Oh, el brillo de los metales
el movimiento de los penachos
y el paso de los pies uniformados!
Corred, corred, corred para ver a los soldados.
El niño con una bandeja
de pasteles en la cabeza
camina deprisa, lleva el ritmo;
los pasteles blancos y amarillos tiemblan bajo el sol
sus mejillas cada vez más rojas
y su bata a rayas azules ondea
mientras marcha al run run de los tambores.
Corred, corred, corred para ver a los soldados.
El lechero con su poni
cargado con cántaros plateados
escolares con mochilas de libros
oficinistas con tiesos cuellos blancos
ancianos con capas
intentan marcar el paso militar
al ritmo de los brillantes metales.
Corred, corred, corred para ver a los soldados.