¿Que nos puede inspirar hoy, según nuestra experiencia e imaginación, la praxis revolucionaria que Marx imaginó a partir de la experiencia de su época (según vimos en la peli de “el joven Marx”), y luego puso por escrito en “el manifiesto comunista”? Nos vendría bien enfrentarnos a esta pregunta y las derivadas que penséis, de cara a la conversación de la pelicula del domingo próximo en la taberna del espectador: “la ley del mercado.”, de Stéphane Brizé. Un mercado donde capital y trabajo libran un febril e irresoluble enfrentamiento, desde que Marx cambió la percepción que se tenían entre sí los combatientes, que define el sentido íntimo de los individuos en las sociedades modernas. La situación del enfrentamiento se puede resumir así: tener trabajo es tener un sueldo, no tenerlo es tener un subsidio. Thierry, el protagonista de “la ley del mercado”, se da cuenta de que no está meramente ahí, dentro del mercado con un sueldo o fuera del mercado con un subsidio. Se va de AHÍ para clarificar su existencia como ser en el mundo, o dicho en jerga laboral sindicalista: se autojubila anticipadamente. Con el manifiesto comunista en la mano, ¿aprobaría Marx hoy está decisión? Recordemos de nuevo: un fantasma recorre Europa, el fantasma del “jubilado“ Thierry.