sábado, 18 de agosto de 2018

CAMINAR

“Algunos sostienen que no conquistamos la naturaleza humana poniéndonos de pie sino dando el (consiguiente) primer paso; sin embargo (y a pesar de los filósofos peripatéticos, de los legionarios romanos y sus carreteras y de los peregrinajes medievales), fue algo después cuando se produjeron las primeras reflexiones sobre el ACTO DE CAMINAR y la condición de quien lo lleva a cabo: sobre ambas cosas escribió Walter Benjamin, quien revisitó la obra de Charles Baudelaire para dar cuenta de la forma específica de habitar las ciudades que habría inaugurado el flâneur parisiense, cuyos contornos fueron trazados, además de por Baudelaire (en El pintor de la vida moderna, Taurus, 2013), por Honoré de Balzac, Anaïs Bazin (que lo denominó “el verdadero soberano de París”), Victor Fournel y Louis Huart (en Fisiología del flâneur, Gallo Nero, 2018). El flâneur es parte de la multitud pero se distancia de ella; disfruta del espectáculo de la ciudad y es crítico con él; observa lo que sucede a su alrededor pero también vuelca su mirada sobre sí mismo; acepta y al mismo tiempo se rebela ante el hecho de que su subjetividad está constituida por una vida urbana con la que tiene una relación compleja.”