domingo, 9 de diciembre de 2012

FÁBULA NAVIDEÑA

Esa fe, antes buena y eficaz, pero que hoy se ha hecho ciega en el catedrático Alfa, ya que no hay forma de que haga cuadrar los propósitos salidos de su análisis riguroso con los hechos que produce la vida que le rodea, ha dejado el campo libre a la actuación nihilista de las dos vías de comunicación que sobreviven como realmente existentes y dominantes: twiter y el gran titular mediático. Máxima rapidez, breves palabras, impacto supremo. Es como una rara vuelta al hormiguero, aunque con la ilusión de que no se renuncia, del todo, al efecto disolvente de la inteligencia individual. ¿Una sutil manera de sobreponerse a la adversidad vigente, sin tener que renunciar explícitamente, y ante los otros, a todos esos sueños y expectativas, que, sin mas remedio, se han quedado esparcidos en la cuneta, como cadáveres desventrados después de la batalla?

La ventaja de toda esta nueva situación es que puede prescindir del lastre enojoso de los recuerdos. Un twit y un gran titular propagandístico no necesitan memoria. Viven y se reproducen en un ambiente donde no existe ni el tiempo ni el dolor. Cada twit y cada titular actúan como eficaz analgésico sobre el anterior. Una manera novedosa de romper con cualquier visión de la muerte y de la corporalidad, no arraigada en ninguna tradición reconocible. Sin embargo, el catedrático Alfa no debería perder la esperanza que de nuevo el análisis que diseñan los pronósticos de la filosofía, acaben cumpliéndose en los hechos que han de acontecer. Es en el sótano donde debe, como prófugo y exiliado, iniciar su nueva andadura. Dándose cuenta, sin embargo, que quienes sí analizan y diseñan en las aulas los propósitos para que se cumplan los hechos que se necesitan, están a muchos kilómetros de distancia. Quedando, para esos propósitos y esos hechos lejanos, la existencia y mantenimiento de nuestro hormiguero como un desajuste ya no subvencionable.