miércoles, 22 de enero de 2025

CLUB DE LECTORES 20

 DEMOS LECTOR

Tote lege, toma y lee. Antes que los propagandistas de toda laya y condición: academia, editoriales, críticos y todas las tribus habidas y por haber en las pantallas,

te digan como tienes hacerlo, con quien tienes que hacerlo y donde tienes que hacerlo. Y con qué música de fondo.

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La democracia lectora es el aprendizaje de la convivencia entre lectores que son radicalmente distintos. La democracia lectora es, muchos años después, el correlato de la democracia política. 

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Lectores radicalmente distintos que habitan situaciones físicas y emocionales vitalmente incompatibles, incluso. Yo y el Otro. El Otro soy Yo. No confundir a ese otro con nuestro enemigo, ni con el infierno. Al contrario, ese otro lector, incompatible en la vida, es el que paradójicamente te señala el lugar que ocupas en el mundo amplio de la ficción. La democracia lectora solo tiene un enemigo: el yo lector que no quiere convivir con el otro lector distinto. Como en la democracia política: el enemigo público es el yo híper individualista que no necesita nada ni a nadie.

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Siempre que se acepte un mínimo común denominador compartido, a saber, la Constitución del cuento o la novela alrededor de los cuales se convoca un Club de Lectores, las posibles asperezas que puedan surgir en la conversación que mantengas con los otros no son para tanto, forman también parte de su sustancia. El cuento o la novela son los que te legitiman como lector, pero el club de lectores es quien te constituye ante los otros lectores.

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Luego no viene a cuento molestarse porque el otro lector, en un momento determinado de la conversación, diga algo que no te guste, acusándole a continuación de intolerante. No viene a cuento, para entendernos, reproducir la batalla campal, o la cruel indiferencia ante la palabra ajena, a que nos tienen acostumbrados sus señorías en los parlamentos políticos.