miércoles, 8 de noviembre de 2023

VÍCTOR O VICTORIA

 La palabra tertulia tiene su origen en los cafés literarios del siglo XIX, (un siglo todavía muy estamental y aristocrático, es decir nada democrático); era el nombre que se dio a las reuniones que hacían los hombres cultos (sic) de la época para hablar de verdad y sobre la verdad. “Tertulia” era un nombre creado por oposición al de “Mentidero”, que solía ser un lugar al aire libre donde se reunirán los hombres vulgares a intercambiar sus chascarrillos, que por lo general eran mentira (sic), de ahí el nombre. El caso es que sin saber muy bien por qué, la que ha sobrevivido en la sociedad de masas, donde domina la vulgaridad a sus anchas, es la palabra Tertulia. Y como no podía ser de otra manera hay Tertulias para todos los gustos en relación al tipo de vulgaridad de los asistentes. Y es que en el siglo XXI las tertulias son con público asistente, que aplaude y aplaude de forma mecánica a los que se supone son hombres cultos, que actúan mediante una puesta en escena de estructura divulgativa o vulgarizadora de sus saberes. En esas estamos. 

El caso es que programar la película “Victor o Victoria”, de Blake Edwards, para conversar en una Tertulia tiene los riesgos de que sus asistentes acaben chismorreando como en un Mentidero. Algo de eso pasó en ésta que me convocaron para hablar de Victor o Victoria, aunque no del todo. Es evidente que la luz visible de la peli de Edwards, por decirlo así, invita a ello, a dejarte llevar por la fascinación, la cual es mala consejera para ir después a la Tertulia a la que te has comprometido a ir. Ahora bien, si consigues ponerte las gafa de rayos gamma, por decirlo también así, durante la visión de la película, después de la visión de la película y en el momento de asistir a la Tertulia la cosa cambia y tú también. Fue por ello que cuando escuché las palabras que Toddy le dice a Victoria, poco después de conocerse en el restaurante, a saber, “el amor se ve con la mente no con los ojos”, supe que me tenía que poner las gafas de rayos gamma si quería ir a algún sitio con sentido. En mi caso, llegar a la tertulia para decir algo que no fuera el consabido: “la peli no solo me ha gustado, sino que me ha gustado mucho, que pasa.”


Así que me puse manos a la obra, y siguiendo la traza dejada por la película “Víctor o Victoria” después de las dos horas y media de Tertulia, dejo por escrito lo que en la tertulia dije de palabra, y que me dio la impresión que quedó un tanto confuso o difuminado. Hablando del tema de la peli, la Transformación com un atributo propio del ser Humano, y para evitar darle cancha y tiempo a sus derivaciones ideológicas, que ya los tienen y de manera dominante y obsesiva: los Trans-Formistas y el Trans-Formismo, a lo que me refiero después de volver así la peli y conversar igualmente con esas gafas en la tertulia es a:


1 la forma en que cambiamos individual y socialmente, 

2 las cosas que verdaderamente cambian, 

3 nuestra capacidad de percibir que estamos cambiando.

4 las dualidades naturales que nos constituyen y fortalecen

5 las dualidades culturales que nos paralizan y nos separan, y también nos destruyen.  

6 los recursos que usamos para dirigir lo que cambia, 

7 quién o qué mueve el cambio.


No es un test para aprobar el carnet de conducir o un examen de instituto de secundaria. Son enunciados para pensar sobre como se construye la ambigüedad de nuestra vida adulta. A saber, con lo que no sabemos de ella y que cabe la posibilidad que nunca sepamos del todo. Lo cual no impide, seamos conscientes o no, que tal ignorancia convertida en indiferencia acaben construyendo nuestro carácter y, por tanto, nuestro destino.