viernes, 19 de noviembre de 2021

HACERSE ADULTO

 Fue, más o menos , al cumplir mis 40 años cuando empecé a notar que los de mi generación, los baby boomer, no querían seguir cumpliendo años. Por ejemplo, por decirlo así, que cuando cumplieron 41 ellos decían, bendecidos de repente por un extraño rapto juvenil, que cumplían 39, que al año siguiente cuando llegaban los 42 ellos más juveniles y más extraños todavía cumplían 38, y en este plan hasta los 20 que es la edad mágica donde la juventud, y por extensión la humanidad, se hace eterna, perfecta e ilimitada. Valga decir entonces que los de mi generación no han querido hacerse adultos. Ellos, chulitos, dicen que no estan dispuestos a envejecer y se ponen a ello, aunque yo les advierto que es inútil oponerse a la naturaleza, algo que algunos entienden pero ninguno comprende. No sé si se ha fijado en eso. Si no es así le invito a que lo haga con los adultos y adultas que le hayan tocado en suerte, no para que siga su ejemplo juvenil sino todo lo contrario. Fíjese, sobre todo, en como hablan y como usan el lenguaje en las conversaciones cotidianas. En que cuentan con lo que dicen.


Hacerse adulto no es otra cosa que reconocer sin aspavientos nuestra naturaleza mortal, imperfecta y limitada. Eso quiero decir que formamos parte de Algo que es más grande que nosotros, llámase como se llame ese Algo, y que razonemos como razonemos nunca podremos comprenderlo del todo. Lógica Misteriosa (de eso estamos hechos los humanos). Es decir, ni cada una de las partes ni su suma alcanzarán nunca a entender al Todo (lógica), así que necesitamos a nuestros ¡pares del alma! para saber cual es nuestro lugar en el mundo (misterio), que es la única misión que tenemos al nacer. El otro gran descubrimiento al hacerse adulto: venimos al mundo para saber cual es nuestro lugar en el mundo, con los otros y entre los otros. Eso es todo. Es decir, ese lugar desde donde miramos y donde nos miran los otros, desde donde hablamos y desde donde escuchamos a los otros. Teniendo en cuanta que el mirar adulto es prestar atención a lo que vemos y el escuchar adulto es prestar atención a lo que oímos, Justo lo contrario del mirar y escuchar veinteañero de los adultos de mi generación.