SONETO
Me gusta, triste, soñar por la tarde, cuando tañe la hora,
Sea con el céfiro perfumado de la primavera
o de un invierno helado la brisa monótona
que de las campanas me trae un sonido claro y vibrante.
Me gusta imaginarme en una playa bretona
Con su arena de oro y el océano inmenso
Y la queja sin fin de las olas que resuena,
Esas olas de tono glauco y espaldas de espuma.
Amo esos días de verano donde el sol cálido brilla,
el pájaro vuela borracho de luz y gorjea,
las flores perfumadas lo embalsaman todo y el prado es tan verde!
Pero lo que llega más a mi alma sensitiva,
lo que la hace llorar y la cautiva
es escuchar, oh Rostand, cantar su alma en verso.