Leer es una Promesa de felicidad de las palabras del narrador o lectura estética (argumental) desinteresada del lector.
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Venimos al club de lectura no a levantar acta de que nos hemos identificado con el narrador o con alguno de los personajes. Venimos a ver que aspecto universal de la condición humana universal, en el sentido que le pasa a todos y en todo tiempo y lugar, queda reflejado en la particularidad de los personajes o del narrador correspondiente. Esa relación que mantenemos con esa particularidad es la que nos hace aprender en cada película o novela o cuento. Y eso que aprendemos es lo que venimos a compartir con los otros lectores o espectadores
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Leer: Virtud o entretenimiento.
Acción cívica a favor de la comunicación humana, mediante la emoción creativa de la lectura.
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Todo vale y todo vale lo mismo en los procesos de entretenimiento o de evasión, pero no en los procesos de aprendizaje. En estos últimos todo vale pero no todo vale lo mismo, puesto que los compromisos con las formas de aprendizajes son diferentes, los horizontes que se abren ante el aprendizaje son diferentes - y eso se observa en la forma de argumentar y es consecuencia del uso del lenguaje - y la forma de hablar es diferente. En la medida que vas aprendiendo hay aprendizajes que no salen prácticamente de la zona de confort y hay aprendizajes que se van a los confines del mundo. Todo vale pero no vale todo lo mismo. Como se mide esa distancia, por las palabras de confort: tópicos, lugares comunes clichés que aparezcan o no en el discurso.
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Leer es eso, es encontrar las propias moléculas (Deleuze). Es decir, es encontrar y tener relación con lo que amas en los libros. En compañía de otros igualmente enamorados. Evitando así el enojoso trance de tener que tratar con el aire de superioridad que tienen, a fuerza de ser tontos, quienes envejecen sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado.