Desde
que hace poco mas de cien años
nuestros antepasados decidieron que dios había muerto,
la prudente modernidad inventada durante el Renacimiento entró en un disparatado proceso de autodestrucción del que son testimonio esas orgías apoteósicas de
sangre y dolor que fueron las dos carnicerías
mundiales. No hemos aprendido
nada. Seguimos atreviéndonos con todo y
siguen cayendo víctimas después aquellas hecatombes. La economía productiva una. La adolescencia como antesala paciente
del mundo adulto, otra. A la economía la han
sacado del molde tradicional donde se acomodaban las necesidades básicas humanas, dejándola a
los pies de las golferías y las
veleidades de los mercados. La adolescencia convirtiéndola en una poder fáctico autónomo y ultra impaciente, con sus redes
de comunicación, sus industrias musicales y
cinematográficas, sus drogas de diseño, sus revistas, y tal y
tal. Al parecer, según los
expertos, nada hay mas moderno que una economía
adolescente como la financiera y una adolescencia consumista con la tarjeta de
crédito en la boca, siempre conectadas. ¿Nueva cara
del fascismo? o ¿El rostro cabal del nuevo capitalismo? O, debido a la internacionalización que
produce la conexión permanente, ¿se puede decir que entramos en la autentica, la buena etapa
del comunismo? ¿No son las redes sociales y
financieras la expresión mas
elaborada y satisfactoria, hasta ahora, del precepto marxista, "a cada uno
según sus necesidades de cada uno
según sus capacidades"?