miércoles, 13 de agosto de 2025

VALERIA TENTONI

 Por qué entro en las iglesias

Por el silencio, y contra nadie,
por el silencio húmedo de las iglesias
y sus mosaicos,
por lo que las iglesias le hacen a la luz,
cómo la dulcifican y la tiñen y la devuelven
al lugar del que proviene

por lo que esa luz, antes de irse,
transforma en las estatuas,
en las figuras esmaltadas
y sus manos perfectas

por la perfección, además,
de los confesionarios
en los que nunca me arrodillo
aunque las primeras muecas de la fe
como las del terror
jamás nos abandonen.

Porque en medio de la ciudad
y del ruido
hay silencio,
y porque el silencio es húmedo
y esmaltado

porque casi siempre estoy sola
en las iglesias
donde hasta las flores que se pudren
son hermosas
y porque no entro
con la mirada lacia
de los que van de visita.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 38

 Leer tiene que ver con la experiencia, no con los experimentos de laboratorio psicológico. Por eso nunca nos bañamos en la misma experiencia lectora. Leer, como escribir, es estar siempre comenzando de nuevo. La lectura no es acumulativa, como si le pasa a los experimentos psicológicos, que son de estirpe cientifista.

El mismo hecho de la percepción lectora muestra que uno no es lo que percibe al leer. Pero la percepción es la que nos permite encontrar a ese Uno Común, a ese que nos une y que es lo que somos sin atributos. Eso significa leer en compañía de otros lectores.


En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos la potencialidad crítica del pensamiento sale de su anestesia o pereza habitual porque, como vengo diciendo en otras entradas, pasamos de enunciar la crítica lectora a encarnarla. Dicho con otras palabras, pasamos de ser unos lectores pasivos a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado. Eso es la experiencia poética lectora, ver las cosas cotidianas iluminadas con otra luz. Para la experiencia lectora es fundamental la atención y la relación, el efecto zoom de la mirada, que por supuesto no deberíamos dar por supuestas por el hecho de abrir un libro y asistir a un club de lectores. Un lector me dijo:   “solo quiero utilizar, me interesa, la información del libro que leo y todo lo que la acompaña, pero no tanto o nada comprender la historia y el carácter de los personajes que por allí pululan. Asi las persona de la vida, las instituciones democráticas, etc incluidas, concluyó con énfasis”.


Los lectores tienen en la actualidad un sistema de inmunodeficiencia social trastornado.  La naturalización de los fenómenos sociales. La coraza. Lo defiende ante lo que consideran las aversiones exteriores, por ejemplo, las palabras de quienes no piensan como ellos y que no están acostumbrados a oír, porque suelen vivir en tribus sociales donde todos hablan el mismo idioma. La autocensura verbal familiar y social. Debemos despertarnos del sueño dogmático y apostar con decisión por la virtud pública del talento del diferente y lo diferente. El lector universal, lee de dentro afuera, de lo conocido a lo desconocido, de lo cercano a lo lejano, como encarnación del Sujeto. Universal. La comunidad lectora es el correlato de la comunidad educativa y política, Sin perder de vista la solidaridad forzosa. Si no es así un club de lectores adultos no es nada más que un agregado de egos infantiles auto referenciales y autocomplacientes con su forma de leer.


Dicho con palabras antiguas que siguen vigentes, Como lectores de un club de lectura tenemos que enamorarnos de los fuegos sagrados de la literatura, más allá de los folclorismos y colorines de las editoriales y las campañas propagandísticas gubernamentales.

sábado, 9 de agosto de 2025

FRANCISCO PETRARCA

 BENDITO SEA EL AÑO

Bendito sea el año, el punto, el día, 
la estación, el lugar, el mes, la hora 
y el país, en el cual su encantadora 
mirada encadenóse al alma mía.

Bendita la dulcísima porfía
de entregarme a ese amor que en mi alma mora, 
y el arco y las saetas, de que ahora
las llagas siento abiertas todavía.

Benditas las palabras con que canto
el nombre de mi amada; y mi tormento, 
mis ansias, mis suspiros y mi llanto.

Y benditos mis versos y mi arte
pues la ensalzan, y, en fin, mi pensamiento, 
puesto que ella tan sólo lo comparte.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 37

 El relativismo lector vive muy cómodo en medio de un fuerte relativismo moral social, ese donde vale todo nada vale y viceversa. Y sino que se lo pregunten a esos alumnos que alardean de no leer nunca un libro y de preferir un régimen autoritario a la democracia siempre y cuando se le respeten todos sus derechos consumistas, pero no aceptan que un día un profesor les diga que hará todo lo posible para que no aprueben las matemáticas, a lo que responden que eso nos es Justo.

En este contexto hoy dominante de relativismo moral lector, llamo lector iluminado tanto a aquel que cree que lo sabe todo al leer un libro como a quien no cree en nada ni en nadie de lo que lee, pues no cree en las palabras. En ambos casos la necesidad de aprender ha desaparecido en sus horizontes de inteligibilidad lectora, pues en estos horizontes sólo aparecen ellos y nada más que ellos, autosuficientes y autocomplacientes. Valga advertir, como aviso para nuevos lectores navegantes, que todo lector iluminado, además de como ya he descrito, es también una gran manipulador y un encantador de serpientes en el uso de las palabras. 


Sin embargo, nada de lo anterior nos debe hacer olvidar que lo propio de la condición humana es ese saber socrático que sabe que no sabe nada y que eso le motiva para no dejar de darle vueltas a las palabras y las cosas, con los otros y entre los otros, hasta ver un hálito de claridad provisional a sabiendas que se pasará rápidamente, por lo que volveremos otra vez a discutirlo y a seguir hablando sobre el porqué de las palabras y las cosas hasta lograr nuevas claridades provisionales. Entre tanto, nuestro destino como humanos es vivir entre tinieblas.


Ejemplo de todo lo anterior me lo ha contador un amigo profesor de lectura y literatura en un instituto de secundaria, donde un alumno alardea que eso de la justicia y la democracia no vale para nada, pero no acepta que mi amigo profesor le diga que hará todo lo posible para que no apruebes las matemáticas. Eso no es Justo, le responde indignado.

miércoles, 6 de agosto de 2025

HAN KANG

 El invierno a través de un espejo

1.

Mira la pupila de una llama.
Azulado
ojo
con forma de corazón
lo más caliente y brillante
aquello que la rodea
la llama interior naranja
lo que más parpadea
lo que rodea de nuevo
la llama externa semitransparente
mañana por la mañana, la mañana
que parto a la ciudad más alejada
esta mañana
el ojo azulado de una llama
mira más allá de mis ojos.

BAJO EL VOLCÁN

 Como he tardado tanto tiempo en darme cuenta de que algún día me tocaría a mí tratar con su carácter, y de rebote con nuestros destinos, es algo que todavía no logro comprender del todo. Los volcanes siempre han sido fuente de atención de las mentes imaginativas porque siempre han visto una relación, no demostrable por supuesto, entre las entrañas de la Tierra y las nuestras propias. Empecé a darme cuenta de lo que significaba su carácter después de leer “Viaje al fondo de la Tierra”, de Julio Verne, en el club de lectores que organizaba yo en la biblioteca de la que también era el director. En este ejercicio colectivo que es un club de lectores adultos mi intención era que la potencialidad crítica del pensamiento de cada lector saliese de su anestesia o pereza habitual porque pasáramos de enunciar el gusto lector a encarnar la crítica razonada. Dicho con otras palabras, pasáramos de ser unos lectores pasivos y comodones a tratar de ponernos a la altura creativa que nos exigen las palabras del narrador del cuento o la novela que nos ha convocado en la biblioteca. Esto era así, al menos eso creía yo, hasta ese día en que ella apareció en la biblioteca por primera vez como nueva lectora del club. Estas fueron sus palabras para presentarse: “Nada hay más parecido al paisaje de la mente que el interior caliente y oscuro de un volcán”, dijo cuando le tocó el turno de palabra. Dijo eso y también dijo su nombre, Catalina Llompart. Luego recogió sus papeles y abandonó la biblioteca sin despedirse. Han pasado casi veinte años desde aquel bautizo lector. Entre medias, un sinfin de erupciones de esa manera volcánica de ser, tan lúcida algunas veces tan destrucitiva la mayoría. Ayer me llamó por teléfono para decirme que dejaba de asistir al club de lectores, porque el volcán se había convertido, a su entender, en un entretenimiento turístico sin chispa ni lava que llevarse al coleto. Como lo oye.


lunes, 4 de agosto de 2025

BRAULIO ORTÍZ

 NO IMPORTA SI OLVIDASTE LA MALETA (fragmento)

No importa si perdiste el equipaje.

Si tu pecho ha renunciado al frío,
si sabes
que un árbol derribado será leña,
que un hombre que ha caído puede erguirse,
si has aprendido eso, que hay vida

más allá de la vida,

más allá incluso del árbol y del hombre,
no importa
el rostro hostil que tenga cada tarde.

No importan los rastrojos o la espina
que hacen de un espejo una amenaza.
Rebelde e imprevisto,
como una flor que brota en una celda
o un agua que circula bajo tierra,
así te incorporas tú frente a las cosas.

CLUB DE LECTORES ADULTOS 36

 Crisis de nacimiento:

*Una de las chapuzas evolutivas de nuestra mente es que nuestra inteligencia es perezosa: la atención involuntaria sin esfuerzo frente a la atención voluntaria que requiere esfuerzo. De ahí el papel negativo de las nuevas tecnologías en la educación: que me lo haga la máquina. A efectos de medir la influencia de la tecnología en nuestra pereza intelectual no es lo mismo usar el tractor o el tren o el avión que el móvil.


*Hay una cuestión que es fácil de entender: la simplificación. Todos lo hacemos todo el tiempo ya que sin hacerlo no podríamos vivir. Si no te han educado para entender cosas, sino para creer cosas…No sabemos tratar con la complejidad, por tanto simplificamos, somos unos simples.


*Claro que es posible pensar al leer, Lo que no es posible es seguir pensando sin interrogar los marcos desde los que se piensa. Preste su  atención al dato. El cuarenta por ciento de los jóvenes españoles no creen en la democracia, un dato que se corresponde con el cuarenta por ciento de los jóvenes que no ha leído  nunca un libro. Democracia sin Educación no es posible. Soy analfabeto pero tengo dinero. ¿Hay alguien por ahí?