LA VIDA PUEDE SER UN VERANO (fragmento)
No, yo nunca he aspirado
un viscoso veneno de serpiente.
Qué va. No he estado a mar abierto
sin brazos, pulmones ni piernas
-esquife imposible de vela rota-.
No te asustes,
que no he encontrado nunca cañones
cuando buscaba monedas
-su cuño, decían, de un fulgor tramposo,
no era para mí-.
No temas. No tiembles.
Es todo mentira.
No es verdad que pueda recorrer países
sólo con mirar la palma enferma de mi mano.
No he conocido el ruido ni los alambres,
ni los dientes de las sierras,
ni las playas más en sombra.
Jamás he tenido sed.