EL PARAISO PERDIDO (fragmento)
A los frutos de aquel árbol vedado,cuyo sabor letal trajo a este mundo
la muerte junto a todos nuestros males,
por perder el Edén el primer hombre
que desobedeció, mientras no vino
otro mucho mayor a redimirnos,
recobrando también la feliz sede,
canta Musa celeste, que en las cimas
de Horeb o Sinaí, tan escondidas,
inspiraste al pastor, que fue el primero
en enseñar al pueblo ya escogido
cómo del Caos salieron Cielo y Tierra:
o si el monte de Sión más te complace
y es Siloé la fuente de tu gusto,
tan cerca del oráculo divino,
ayuda desde allí a mi osado canto,
pues se pretende alzar en sumo vuelo
sobre el monte de Aonia por contaros
lo que nunca narróse en prosa o verso.