Deseo de Montaña
Sube, hacia el silencio.
Camina por lugares en donde nadie parece haberlo hecho.
Reposa en soledad.
Asciende... Asciende sin tregua hasta terminar exhausto.
Contempla la belleza del hielo, con sus distintos tonos...Y está allí, como en lugar no pisado...
Admira el entorno soberbio de las montañas: sus bosques, sus arroyos, sus inmensos pedregales...
y los va dejando atrás en pos de la altura... Por ser peregrino de su luz... Esclavo de su paz, de su
calma, de su sosiego... Ve en la ventisca aventura, y en las nubes amigas... No le tiene miedo a trepar.
Y hace cima como una alegría.
Desciende pensando en la próxima ascensión, porque nada hay tan puro, nada hay tan bello...
Es un sueño. Un diálogo con lo remoto, con lo pasajero... Que cambia con cada estación.
Sueña despierto.