miércoles, 7 de mayo de 2014

DIÁLOGO APÓCRIFO

Rogando para que no aumente nuestro rencor contra el mundo, y para que salgamos ilesos de este jolgorio furibundo y aparentemente festivo.

DIÁLOGO APÓCRIFO

-Creo que no te entiendo.

-¿Qué es lo que no me entiendes?


-Lo que dices.


-Lo que digo o como lo digo.


-Bueno, supongo que las dos cosas.


-Yo intento hacerme entender. 


-Creo que no es suficiente.


-Me dirijo a alguien que puede entenderme. 


-Eres un optimista.


-Lo contrario sería hablar o escribir para quien no lee. 


-Yo vengo porque leo y escribo.


-Pero si hago lo que tu piensas, entonces sería un pesimista.  Vaya dilema.


-Lo ves, ya me he perdido.


-Leer y escribir no son dos habilidades mas.


-Te refieres a su aspecto técnico.


-Me refiero a escuchar. Leer y escribir es, sobre todo, 

aprender a escuchar a los otros.

-Creo que no te entiendo porque no te sigo.


-No se que decirte.


-Me refiero al desconcierto que siempre arrastran tus palabras.


-El desconcierto es una cosa muy propia del aprendizaje y cada uno lo lleva a su manera. 


-Ya, pero eso me desanima.


-Al contrario, yo creo que te debería de estimular el deseo de aprender.


-Necesito ver resultados, y no llegan.

-Esto no es la universidad, ni una academia.

-Ya lo sé, de ahí vengo.

-Entonces, ¿cual es el problema?

-Que hay días que quiero tirar la toalla.

-Puedes seguir leyendo por tu cuenta.

-Eso no me consuela.

-Comprobarás, igualmente, que unas cosas las entiendes y otras no.

-No es lo mismo.

-Si vienes es porque quieres, nadie te obliga.

-¿Y si te explicaras de otra manera?

-No quiero a nadie detrás de mí, a los otros lectores los prefiero delante o al lado.

-Así el camino es muy duro.

-Pero es un camino.

-Podría ser menos empinado y escarpado.

-El conocimiento es un camino sin principio ni final.

-Eso tampoco lo entiendo.

-Y dale.

-Estoy acostumbrado a mas seguridad en lo que hago.

-Quieres decir a seguir a alguien, o a lo que diga alguien.

-No he dicho eso.

-El conocimiento no te dice de dónde venimos, ni adónde vamos.

-Así no hay manera de llegar a ningún sitio.

-No es cierto.

-Entonces, ¿adónde vamos?

-Si no nos ponemos en marcha, somos nosotros los que no vamos a ninguna parte.