sábado, 31 de mayo de 2025

CLUB DE LECTORES ADULTOS 31

El caso fue que la invité a formar un club de lectores de cuentos cortos y lo hice como siempre sin preguntarle como pensaba. Lo he hecho durante 23 años y lo he vuelto hacer. Un peligro en la época de la distracción tecnológica, que por estos pagos es también perpetuo enfrentamiento civil. Un peligro para mi y sobre todo para la acción lectora. No sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa. Lo que envías son perlas, le dije, pero es el hilo el que hace el collar. El hilo es el que une acontecimientos de la vida formando un acontecimiento memorable, transitivo, comunicable a los otros. En fin, tenemos dificultad para distinguir acontecimientos biográficos porque todos se homogeinizan. 

¿Cómo se piensa en un club de lectores? Dicho  sin más dilación, lo que más echo de menos entre los supuestos lectores que asisten al club es la capacidad de sorpresa, de encontrar Epifanías o hallazgos narrativos significativos. A la hora de leer todos usan el pensamiento narrativo (si es que lo tienen) de forma demasiado previsible y apenas existen lectores verdaderamente creativas en el ámbito de la representación y de la asociación simbólica. A fin de cuentas, para ellos el mercado de las ideas no es demasiado distinto al de las lavadoras o la industria textil.


En el club de lectores comúnmente usan las palabras, no las leen. Y las usan en el plano formal utilitario ligado a modelos numéricos o con palabras o frases que parecen ecuaciones, lo que hay detrás de la digitalización de la vida cotidiana. Y los coordinadores del club lo consienten en nombre del servicio público de lectura publica, sin pedir disculpas por la redundancia. Así justifican su quietud campanudamente. No entienden, ni hacen entender a los lectores asistentes nada del pensar complejo y variable. Por ejemplo, cómo relacionar la forma con el contenido. Cómo relacionar la literatura con la vida sin que aquello de convierta en una cháchara de comadres o de fatrías futboleras, etc. Y es que, la imaginación es refractaria a las cifras y a la cháchara. Cómo se puede hacer comunidad de lectores con cosas inconcebibles, inimaginables. Con lectores y narradores inconcebibles los unos para los otros. Cómo se puede hacer un club de lectores con una forma de pensar y, por tanto, de leer, que no tiene en cuenta al otro. Unos lectores que con sus palabras van directos al click publicitario y al meme, pero que no tienen en cuenta la capacidad de argumentar larga y razonadamente sobre lo leído.  Que no tiene en cuenta, como en el mundo griego antiguo, la belleza del arte, de la la lectura en su caso, para intercambiarla bondadosamente con el otro que tiene a su lado.