Hace cien años ya, Ortega y Gasset dejó escrito algo muy pertinente a la dinámica de los clubs de lectores adultos actuales. Cito: “las ideas se tienen y en las creencias se está.”
*
El lector que tiene ideas necesita a los otros lectores que tienen distintas ideas. El lector que solo tiene creencias necesita, todo lo más, a lectores de creencias iguales, siendo los demás, en el mejor de los casos, indiferentes a su atención.
*
Las creencias hace a quien está en ellas autosuficiente y autocomplaciente. Las ideas, por contra, hace a quien las tiene dependiente y ambiguo. Las creencias son a la libertad de expresión contra el tirano, como las ideas son al atrévete a pensar dentro de la democracia donde predominan los ciudadanos. Otra cosa es que contra el tirano viven mejor quienes nunca se atreven a pensar por sí mismos.
*
La realidad compartida, alrededor de la cual se ordena todo Club de lectores de adultos, es un tapiz formada por el intercambio, no siempre fluido, de las ideas que cada cual tiene, pues las ideas son transitivas y comunicables. Mientras que las creencias, no pueden formar realidad compartida, pues son intransitivas e incomunicables. Por decirlo así, las ideas son a la Razón creativa, como las creencias son a la Fe unívoca.
*
Por tanto, el Club de lectores adultos es una zona de compromiso incómodo debido a las zonas de fricción que lo constituyen, que son las condiciones de posibilidad para atravesar la diferencia de ideas entre los asistentes sin tener que abandonarlo, al contrario, para hecerlo más fuerte e inteligible en cada lectura compartida.
