jueves, 14 de abril de 2022
ROSALIA
Rosalía cantando a San Juan de la Cruz.
Aunque es de noche,su claridad nunca es oscurecida
y toda luz de ella es venida .
Aunque es de noche
y son tan caudalosas sus corrientes
que cielos, infiernos riegan y las gentes .
Aunque es de noche,
la corriente que nace de esta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente .
Aunque es de noche,
la corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede .
EL CIUDADANO ILUSTRE 2
Transcribo las dos últimas intervenciones periodísticas de la escena final de la película que, como ahora sabemos, no tiene que ver con el funeral del Daniel Mantovani, “asesinado en Salas” por herida de bala en la escena anterior. La escena final corresponde a la rueda de prensa que el propio Daniel Mantovani ofrece en la ciudad de Europa, donde sigue viviendo y escribiendo, para dar a conocer el libro que acaba de publicar, que también se llama El ciudadano ilustre.
Penúltima Intervención de la rueda de prensa:
Periodista:
Soy Alex Bussard, de Canal Plus. Primero quiero felicitarlo por su novela. Y ahora la pregunta. Si bien su novela “El ciudadano ilustre” transcurre en Salas, como las otras novelas suyas, la novedad reside en que usted es el protagonista, ¿no considera demasiado egocéntrico el que usted sea el protagonista de su novela?
Daniel Mantovani:
Todos los escritores somos egocéntricos, autorreferenciales, narcisistas y vanidosos. Creo que eso constituye una herramienta absolutamente imprescindible para la escritura: el lápiz, el papel y la vanidad. Sin eso no se puede escribir.
Cuesta no darle la razón a Daniel Mantovani teniendo en cuenta que el acto de la escritura es una acto solitario y voluntario, es decir, que nadie le ha pedido al escritor. Y sin embargo, paradójicamente, la escritura es la primera parte del acto supremo de la otredad, de necesitar al otro, al lector, para que la literatura toda exista. En consecuencia, ¿cabe pensar que el acto de la lectura, también solitario y voluntario pues nadie se lo ha pedido al lector (igualmente egocéntrico, autorreferencial y vanidoso), le obliga a aspirar a su acto supremo de la otredad, conocer y reconocer al otro (entre los otros lectores, añadiría yo, si la lectura es compartida) para llegar a ser esa segunda parte que hace a la literatura realmente existente, necesaria e insustituible?
Última intervención de la rueda de prensa:
Periodista:
Soy Carlos Ramírez de La Vanguardia. ¿Cuanto hay en su novela de verdadera creación y cuanto de realidad?
Daniel Mantovani:
¿Importa eso mi amigo? La realidad no existe, no hay hechos hay interpretaciones. La verdad, o lo que llamamos la verdad, es una interpretación que ha prevalecido sobre otras.
Carlos Ramírez:
No me está contestando a la pregunta, la está eludiendo.
Daniel Mantovani:
Pare usted. Con respecto a las interpretaciones, está cicatriz (señala con el dedo a la altura o cerca del cuello), ¿es una antigua cirugía, la marca de una caída de bicicleta o una herida de bala? Tarea para el hogar.
Presentador del evento:
Ahora si, las fotos.
FIN DE LA PELÍCULA
¿Las metáforas mienten y las noticias dicen la verdad? ¿O es la revés? ¿Las metáforas determinan en última instancia la estructura de la acción creativa, mientras que en la de la acción científica e informativa nunca, pues, por decirlo así, prevalece el dato demostrable y verificable? ¿El problema de nuestra época es que las esferas de la vida (actualidad, realidad, ficción, verdad, visible, invisible) se han vuelto indistintas debido a nuestra naturaleza racional o a nuestra naturaleza animal que ha dicho basta ya? ¿Significa lo primero el triunfo del añorado y verdadero sentido de la humanidad o lo segundo la victoria de su absoluta e irreversible arbitrariedad? ¿Como interpretar, en el presente digital, el apego ciudadano a las noticias falsas y a la exigencia de que las metáforas narrativas sean demostrables científicamente o verificables informativamente?
martes, 5 de abril de 2022
GARCILASO DE LA VEGA
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribisteis, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.|
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
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Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma mismo os quiero.
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Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir, y por vos muero.
EL CIUDADANO ILUSTRE 1
En el uso común del lenguaje parece como si tendiese a no significar. Quien habla y mira parece no ser consciente de que hable o mire. Precisamente porque el hablar y el mirar son hechos naturales. El funcionamiento normal del lenguaje hace que interioricemos la impresión de que el lenguaje funciona porque sí. Solo cuando en la comunicación aparece un problema reconocemos la complejidad del hablar y del mirar, del mismo modo que la enfermedad nos hace recordar que la salud también es un estado o que la espera de una llamada urgente de teléfono nos hace ver que el silencio del teléfono también es una señal. Una señal que hasta puede ser angustiosa. La capacidad de hablar y de mirar, en un mundo desarrollado tecnológicamente como el nuestro, parece ser una capacidad natural. Todo el mundo puede producir palabras e imágenes. El mecanismo de hablar y de mirar sólo se hace evidente cuando uno se enfrenta a un problema expresivo semejante al que representaban los supuestos anteriores, es entonces cuando la conciencia mecánica desaparece y la conciencia de la complejidad se hace presente.
A esa conciencia apela Daniel Mantovani, el protagonista principal de la película El ciudadano ilustre, al dirigirse a los espectadores primero, y a los periodistas en el epílogo. Queda claro que estos últimos no le hacen caso y continúan a lo suyo. Sin embargo, antes de ese epílogo, ninguno de los argumentos que vierten los protagonistas de “El ciudadano ilustre” resultaría extraño y podrían pasar por lugares comunes de las preocupaciones habituales de los espectadores que miran. Lo que cambia es la posición del observador o narrador de la película y el comportamiento del lenguaje verbal y visual que despliega, atentos a las zonas ciegas que pasan desapercibidas en los discursos generalizadores y en el pensamiento que procede mecánicamente, talmente como hacen los periodistas del epílogo que luego informarán a los mismos espectadores en las páginas culturales de sus respectivos diarios. Explicando así lo que dije al principio: “En el uso común del lenguaje parece como si tendiese a no significar. Quien habla o mira parece no ser consciente de que habla o mira. Precisamente porque el hablar y el mirar son hechos naturales.”