jueves, 10 de diciembre de 2020

SMARTPHONE 2007

 Un conocido y eminente catedrático español de filosofía preguntó a sus alumnos, hace un par de años, cual era el hecho histórico que había marcado de forma decisiva su memoria no tanto biográfica como experiencial. La respuesta, casi unánime, fue que la llegada al mercado del primer smartphone. Haga cuentas y comprobará cómo entienden estos universitarios lo de la memoria experiencial, y si no tiene razón quien dijo que el adanismo (eso de que el mundo comenzó a rodar el día que uno nació) es la peor de las epidemias de nuestra era digital.

La llegada al mercado en 2007 del primer teléfono inteligente, lo que ha supuesto de facto la cesión de nuestra capacidad de pensar por uno mismo (no otra cosa es ser inteligente) a un dispositivo, ¿tiene que ver con el alarmante proceso de aborregamiento (que cada cual elija el calificativo mas conveniente o que más le guste) en que han caído los miembros y miembras de la nueva clase media dominante, principales consumidores de ese nuevo producto? Cabe insistir, una vez más, que estar informado de forma instantánea y abrumadora no nos hace mas inteligentes. Pensar por uno mismo sigue sujeto, hoy como en la época de las cavernas, al despertar de atributos, todos humanos y todos en propiedad de cualquier ser hablante y sensible, que nada tienen que ver con la evolución de la técnica. Pues al igual que puede acelerar el proceso de ese despertar puede envilecer su posterior desarrollo, como de hecho está ocurriendo con los teléfonos inteligentes, al igual que ya hicieron, aunque con menor impacto, sus predecesores de la era híper técnica en la que vivimos desde hace ya más de un siglo y medio; tampoco le descubro nada nuevo si le digo que sin la paulatina hipertrofia humanista de los chismes técnicos a lo largo de estos años es impensable el éxito de estos androides universitarios, bastante bien acabados por cierto, en el inicio del siglo XXI. Así lo atestiguan las alarmas que se están levantando por doquier, así como la novena ley de educación aprobada por el gobierno de turno. Pandémico está ocasión.