domingo, 20 de diciembre de 2020

MANK

 Los cuatro o cinco flashback que tiene la película Mank, de David Fincher están enteramente al servicio de la primera escena, en la que conocemos al protagonismo iniciando la creación o escritura del guion de la película ciudadano Kane, que luego firmaría  a Orson Welles con la influencia y fama por todos conocidos. En ningún caso son flashback que tengan que ver, para entendernos, con la vida del protagonista sino con ese momento puntual y, como veremos al final, decisivo  de su actividad creativa que es la escritura del guion de la película afamada.

Todo lo anterior es una apreciación de L_ que me parece muy sugerente. De hecho la estructura de los flashback tienen una evidente estructura de guion, con su lenguaje: noches exteriores días interiores etc. Prueba de todo ello es la escena hacia el final de la película donde Mank le pide a Welles ser partícipe en la autoría del guion y este en un arrebato de ira divina, ¡hasta ahí podíamos llegar!rompe las botellas de licor contra la pared, pero al final de mala gana el dios Welles acepta la autoría conjunta del guion. El humano Mank en vez de excitarse simplemente no se enfada (sabe que es imprudente además de inútil pelear con los dioses) y pone toda su atención en la escena chulesca que ha protagonizado Welles delante de sus narices, y de inmediato se pone a tomar nota de algo que le parece significativo y que seguramente incluirá en la biografía de Kane. En definitiva, lo que descubre Mank al final de su escritura del guión es el parecido que hay entre Hearst y Welles, entre personaje real y ficticio. 


Valga decir, por tanto, que Ciudadano Kane de Welles se aguanta con el esqueleto del guion de Mank. Otra vez forma y fondo, lo visible y lo invisible, lo determinado y lo indeterminado fundidos a servicio de la belleza creativa. ¿Otra forma de decir, también, que el guión de Mank es el alma de la peli de Welles?